La leyenda de Sant Jordi presenta numerosas variantes y desvirtualizaciones después de más de 2000 años de historia.
Actualmente proliferan sus representaciones y la aparición de numerosos libros infantiles, aunque anteriormente ha estado muy presente en la historia del arte.
En este post, te hablamos de qué disciplinas han reflejado la leyenda de Sant Jordi.
La leyenda empieza durante las persecuciones cristianas en el Imperio Romano. El santo es un militar romano que se convierte al cristianismo, y muere como un mártir. En la época de cruzadas, en el siglo XII, Sant Jordi es tomado como referente y comienza a expandirse su leyenda. Pero la leyenda del dragón no aparecerá hasta el siglo XIII, en un libro escrito por el fraile dominico Jacopo da Varazze.
San Jordi continúa a partir de ahí protagonizando distintas leyendas, siempre como héroe cristiano, como en la de la toma de la ciudad de Alcoy, en la que Sant Jordi favorece a los condes catalanes y reyes de la Corona de Aragón. Es así como, en 1456, fue declarado Sant Jordi patrón de Cataluña.
No podemos dejar de citar al folklorista Joan Amades, quien en el Costumari Català, sitúa ya a San Jordi, no en oriente medio, sino en Montblanc. Además, con este autor aparecerá también, tal y como la conocemos ahora, la leyenda del dragón y la rosa.
San Jordi y el dragón están muy presentes en la arquitectura urbana de Barcelona.
El más importante Sant Jordi es el de la fachada de la plaça de Sant Jaume. Realizado en 1856 por Andreu Aleu, que fue colocado en su lugar actual en 1872.
Durante el modernismo hubo una gran profusión de imágenes de Sant Jordi. Destaca también la de la Casa Amatller, en passeig de Gràcia, de Puig i Cadafalch, en la que el guerrero atraviesa con su lanza al dragón.
En 1904, Eusebi Arnau realiza la representación del Palau del Baró de Quadras. El Sant Jordi de tono más reivindicativo está en la Casa Terrades, popularmente conocida como Casa de les Punxes. Es de Puig i Cadafalch y se puede leer: “Sant Patró de Catalunya, torneu nos la llibertat”.
El último Sant Jordi modernista y el más original es el de Gaudí, en la Casa Batlló de Passeig de Gràcia. en esta obra, todo el tejado del edificio representa al dragón y la cruz de su lado izquierdo a la lanza del caballero.
En el vestíbulo del Ajuntament de Barcelona destaca una representación de Josep Llimona, a quien también pertenece la de Montjuic, en el mirador del Llobregat, y por lo que recibe el nombre de plaça de Sant Jordi.
Llama la atención la porta de Sant Jordi, en el Palau del Lloctinent, de Josep Maria Subirachs. La puerta fue realizada en 1975.
Podemos encontrar algunos más: en la esquina Casp-Pau Claris, en Vía Augusta, y en la esquina de Rambla Catalunya con Diagonal.
Sant Jordi se suele representar a caballo, con los colores de San Jordi: el blanco y el rojo.
Los cuadros más famosos del santo fueron realizados por Durero, Donatello y Rafael. Destaca el San Jordi y el dragón de Rubens, que está en el Museo del Prado.
También hay algunas representaciones murales, como el San Jordi de Alfambra, de hacia 1490, en Teruel.
La película más destacada es La leyenda de Sant Jordi, dirigida por Arnau Olivé y Noemí Stängel. Es del año 2014.
Como ves, la leyenda de Sant Jordi es clave en la historia de Cataluña, solo así se entiende la gran representación artística que existe y el peso cultural del santo. Pero, como sabrás, lo mejor de ella es que dio lugar a la diada de Sant Jordi, un día especial para los catalanes, la fiesta de las rosas y los libros.
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